viernes, 18 de enero de 2008

PACO BINABURO O EL PLACER DE CORRER

AMANECER
Zaragoza, viernes 21 de enero de 1977
DEPORTES ATLETISMO

FRANCISCO BINABURO, UNO DE LOS PRIMEROS ATLETAS DE LA S. D. ARENAS
- Historia de las XXXV ediciones de la " Copa San Valero"
Por Fernando BERNAL

Siguiendo con nuestro breve resumen histórico de las treinta y cinco ediciones de la Copa «San Valero», ayer mantuvimos un ameno e interesante diálogo con uno de los primeras atletas del club Arenas, Francisco Binaburo, hombre que, junto a sus entonces compañeros, protagonizó muchos días de esplendor para nuestro atletismo. Le preguntamos:
--¿Cómo eran por aquel entonces las ediciones de la Copa «San Valero»?
—En los primeros años se disputaban por el centro de la ciudad y eran circuitos asfaltados, más bien llanos. Había en competición tres categorías: debutantes, neófitos y «seniors» y, en proporción, el número de participantes era superior al de ahora. Pero, claro, los actuales «cross» incluyen más categorías y es fácil que entre todas superen el número de cincuenta competidores, que antiguamente saltamos.
Binaburo es una persona fiel a su deporte. Aun ahora compite con gran asiduidad en pruebas para veteranos. Concretamente, en los años 1974 y 1975 participó en la Copa «San Valero», aunque con los colores de su actual club, el Real Zaragoza. Y en sus años mozos, en que se contaba entre los mejores especialistas nacinales, teniendo en su poder el record regional de 3000 meros obstáculos, compitió unas diez veces en esta copa.
Anteriormente has citado la categoría de neófitos.¿Qué categoría era esta?
Pues como “júnior” ahora,solo que con algunas variantes. Para competir en “senior” debias quedar entre los tres primeros clasificados entres carreras de neófitos cuando conseguías esto ya disputabas las pruebas de categoría «seniors». Entonces no había topes de edad, ni en neófitos ni en «seniors».
Aunque nuestro interlocutor es persona que vive vinculado actualmente al atletismo, notamos cómo había conseguido en otras pruebas anteriores colocarse entre los tres primeros, a partir de ese año competía con los «seniors».
Binaburo fue, además, el primer clasificado en neófitos el año 1942, segundo en «seniors», en el 1945, y tercero, los años 1944 y 1949.
—¿Por dónde se desarrollaban los circuitos de la Copa «San Valero»? —El primero tenía el punto de salida y llegada en el campo del Arenas, que estaba situado en San José. Salías de él, debías de recorrer la avenida de San José, puente del Huerva, pasea de la Mina, ,paseo Echegaray, salir al Portillo, paseo de María Agustín, paseo de Pamplona, Facultad de Medicina, paseo General Mola, Lapuyade y volver al campo del Arenas. Años después se modificó el circuito, instalándose la salida y llegada en la Facultad de Medicina. Salías de ese punto, recorrías el paseo del General Mola, Lapuyade, San José, paseo de la Mina y retornabas a la Facultad. Después se desplazó el circuito al parque de Buenavista, desarrollándose por sus inmediaciones la carrera, y actualmente se disputa antes de llegar a la «Quinta Julieta», donde tiene el Arenas su complejo deportivo.
Hacemos una pausa para encender un pitillo. Antes, Binaburo no fumaba. Ahora, sí. Mientras se consume el tabaco, observamos unas fotos que él guarda como «oro en paño».
—Esta es de cuando ganamos el circuito de «Los Puentes», en San Sebastián.
—¿Y cómo era esa prueba?
—De relevos, de unos 2.800 metros, que tenía gran importancia, pues competían los mejores clubs nacionales. Aquí tengo un programa del año 1950, cuando ganamos.
Y, ciertamente, en el mismo programa que nos muestra —un cuaderno completísimo—, aparece el historial de todas las figuras que participaron en dicha prueba. Un programa que sería un ejemplo hoy día. Vemos nombres legendarios, como Miranda, los hermanos Urquiaga y el mismo equipo del Arenas, con Antón, Binaburo, Martín, etcétera, así como equipos vascos, castellanos, levantinos, catalanes y, en resumen, representantes de toda nuestra geografía. Le llamaban circuito de «Los Puentes» —continua Binaburo—, porque el recorrido debía desarrollarse entre el puente de María Cristina y el del Ferrocarril, que cruzan la ría.
—Y de todos los atletas que has visto ganar la Copa «San Valero», ¿cuál te impresionó más?
—En circuito, es decir, cuando se corría por la ciudad, sin duda, Rodolfo Antón, vencedor los años 1942, 1944 y 1945. Era un hombre metódico, cerebral y sin altibajos. Luego, más hacia nuestros días, Francisco Aritmendi, vencedor los años 1961, 1962, 1963 y 1964. No en vano, éste ha sido el único español ganador del “Cross de las Naciones”, e internacional, olímpico y recordman de España.
Es una pena. pero nuestro tiempo termina. Francisco Binaburo nos dice a modo de despedida:
—La edición más anecdótica fue la VII Copa «San Valero». en el año 1948. Nos dieron la salida, como siempre, en el campo del Arenas, y cayó tal tromba de agua durante el recorrido, que cuando terminaba la prueba debieron de improvisar la meta en la avenida de San José. pues el campo de futbol se hallaba prácticamente inundado. Aquel año venció Pedro Sierra. ¡Qué carrera!
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Paco Binaburo
Por LUIS SOL
Era inquieto. Siempre tenía que estar haciendo algo. O corría, u organizaba, o preparaba y siempre animaba a los demás.
Era Paco Binaburo, uno de esos atletas puros. De los que se entregan a su afición sin medida. De los que se entregaban en la pista siempre, bien en una competición sobre la ceniza de antaño o los difíciles circuitos de cross, o desde la grada con sus gritos de aliento, de ánimo.
Sin embargo, Paco nunca llegó a ser campeón de Aragón de cross. Participó en ocho ocasiones durante los años 1943 al 1955, su mejor época, y tan sólo le sonrió la fortuna en una ocasión, en el 49, que consiguió entrar segundo.
Paco Binaburo era incansable. Para él no existían los diferentes clubs y sus consejos tanto iban dedicados para sus compañeros de equipo como para los rivales.
Fue uno de los impulsores de aquella peña que en las matinales atléticas de hace unos años, cuando la «Universitaria» todavía era de ceniza, se apostaban allá por la salida del «trescientos» y con sus tablas de tiempos y reloj en mano, iban cantando los pases a los fondistas.
Eran los polleros en recuerdo de tantas y tantas competiciones por los pueblos en fiestas y que en su época de madurez ayudaban a los más jóvenes a mejorar records.
Tristemente han ido desapareciendo muchos de ellos, este pasado año el propio Paco y el abuelo Santiago Martín
Ayer, en el Olivar, se le rindió un gran homenaje con la disputa de su primer memorial. En el club verde tienen muy presente el recuerdo de Paco, que tan sólo hace cuatro años volvió a impulsar la sección de atletismo del club que hacía varias temporadas había prácticamente desaparecido.
Además, Paco Binaburo empezó el nuevo equipo del Olivar con aficionados puros, de toda la vida, veteranos, compañeros suyos que practicaban la carrera por puro placer, sin ambiciones del plus-marcas, ni medallas.
La semilla está dando su fruto y la labor tuvo ayer pleno reconocimiento con la disputa de la prueba senior, en la que la participación fue la más numerosa de la temporada aragonesa de cross.
Muchos como la internacional Montserrat Abelló habían andado numerosos kilómetros con la compañía de Paco Binaburo por el circuito del parque o la orilla del Canal, donde era muy fácil encontrar su compañía. Muchos recibieron de su, aliento, su estrategia, su mensaje recuperador y milagroso y su consejo en los peores momentos, cuando el juez está presto a dar la salida.
Paco Binaburo fue en los años 40 un adelantado a su época al correr los cinco kilómetros en menos de 16 minutos en la infernal pista de Los Leones. En la tabla de records regionales quedan fríamente expresados los logros del malogrado fondista aragonés, pero en el recuerdo de los atletas zaragozanos la presencia de paco es calida -

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